lunes, 4 de febrero de 2008

XXII gala de los premios Goya


Anoche se celebró la vigésima segunda gala de los premios Goya, de mano de la Academia de Cine.

La película que tanto nos estremeció en las butacas, “El Orfanato”, se hizo ayer con nada más y nada menos que ¡siete goyas! Y es que la película, sin lugar a dudas, lo merecía. Nos hizo temblar de miedo en el cine, a la vez llorar de pena, enternecernos con los personajes… y despertó en nosotros el instinto maternal.

Otra película que no se ha quedado atrás, ni debería, es “Las Trece Rosas”, que logró algunos premios menos que la anterior, pero se quedó con cuatro, y bien merecidos. Una película indescriptible, no sé qué adjetivos utilizar: histórica, triste, real, pero sobre todo… injusta. A todos nos hizo llorar ese final… ese final que ya esperábamos (pues sabíamos lo que sucedió en realidad), pero aún así nos emocionó.

La sorpresa de la gala la dio la película de Jaime Rosales, “La soledad”, al recibir el premio a mejor película y también a mejor director. Ni orfanatos, ni rosas, ni billares… fue la gran sorpresa. No puedo opinar sobre ella, no la he visto. Pero lo que he leído me ha dejado intrigada y con ganas de verla. Hay terrorismo de por medio, y si ha ganado el Goya a mejor película, tiene que estar bien.

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